sábado, 9 de febrero de 2013

El Ferrocarril, el servicio de cargas, y los fletes.(Parte IV)

La importancia del "catango" en el servicio ferroviario: (Catango: en la jerga ferroviaria. Dícese del integrante de la Sección "Via y Obras").
Hace un año me referí en un post a la necesidad de contar con una infraestructura apta para la circulación de los trenes y el costo que debíamos estar dispuestos a afrontar si queríamos rehabilitar un servicio seguro y a velocidades razonables. (Es de Febrero de 2012; Un "dejâ vu" de algo).
Pero si construimos (o reconstruimos) vías a nuevo y luego no las atendemos al poco tiempo estaremos otra vez en la misma situación, habiendo gastado mucho dinero.

Para ello es necesario un mantenimiento constante y eso es lo que los catangos hacían a diario. En algunas estaciones, separadas entre si unos 30/40 Km. se encontraban las cuadrillas que a diario recorrían tramos establecidos revisando fijaciones, repasando tornillos de unión de rieles, limpiando los espacios entre rieles y un metro de cada lado de éstos, revisando los alambrados para evitar la intrusión de animales de los campos linderos, que podían hacer peligrar la marcha de los trenes. Llegada la primavera hacían quemazones controladas de los pastos naturales, a los efectos de prevenir incendios y combatían un enemigo de los terraplenes que realmente ponían en peligro todo el sistema; el peludo. Este simpático bicho autóctono vive cerca de los arroyos o cañadas donde bebe, pero hace sus cuevas en lugares que su instinto le hace saber que no se han de inundar. ¡Y que mejor que el terraplén de la vía cerca de la alcantarilla para eso! Pero esa cueva afloja el terreno en que la vía se asienta y se empieza a producir el hundimiento de los durmientes al paso de las formaciones.
Tengamos en cuenta que el peso máximo admitido es de 10 toneladas por eje, que descargan a través de la superficie de la rueda del vagón al riel, y que éste distribuye ese peso al suelo por intermedio del durmiente. Pero ese peso no es estático sino dinámico y es variable de acuerdo a la velocidad que lleve el tren. Son cuestiones de física elemental en las que por ahí algún lector mas informado nos puede desasnar. Pero mas o menos es así.
Conductor y ayudante, y el Guarda van asentando el lugar donde notan esos hundimientos y los vuelcan en sus informes diarios informando del lugar exacto. De allí parte entonces el circuito por el cual el responsable de Vía y Obras ordena al capataz de la sección correspondiente que concurra al lugar a solucionar el problema antes que sea realmente grave. Eso si; el cocinero de la cuadrilla esperaba el regreso con el agua hirviendo, y al dia siguiente el almuerzo de la cuadrilla tenía peludo sancochado como plato principal...

Ya sea que el mantenimiento se tercerize, o se haga por administración, tiene un costo, y hay que tomarlo en cuenta, porque inevitablemente incidirá en los gastos generales.
Pero por otra parte deben considerarse los puestos de trabajo que se generan, en lugares de escasa población, lo que contribuye de forma indirecta a mejorar la calidad de vida y servicios de esos lugares, y arraiga a las familias en sus pueblos.

¡Ojo que no son muchos! Pongale que las cuadrillas se componían de seis hombres, Capataz incluido, y cuando se veían excedidas en sus posibilidades Via y Obras disponía de las llamadas "Cuadrillas Volantes" que venían a reforzar a las cuadrillas fijas. Pero en pueblos de campaña, de 300 a 500 habitantes, una estación que era asiento de cuadrilla significaba entre 10 y 15 trabajadores permanentes, con sus familias.

Segun sean los objetivos de la Empresa la infraestructura debe estar encuadrada. Si la empresa tiene como unico objetivo el trasporte de granos, cemento o piedra, tal como es actualmente en manos de las beneficiarias de la privatización, conque los trenes circulen a 30 Km/h es suficiente. Corren de punto a punto y "a necesidad" o sea sin regularidad ni horarios a respetar. Esto es lo que debemos corregir.Y si además entregamos el mantenimiento de las vías a éstas mismas empresas estamos en el horno.

Pero si vamos a trasportar perecederos (tal como traer productos frutihortícolas del NOA-NEA o carnes enfriadas en vagones térmicos desde el Sur de San Luis a los grandes centros de consumo, o vamos a sentarnos a hablar con Grobocopatel o la Asociacion de Cooperativas Argentinas para trasportarles los pollos enfriados desde Rio Cuarto o los cortes de cerdo enfriados desde Justiniano Posse (Cba) por dar un par de ejemplos al boleo) debemos garantizar una velocidad promedio de 60/80 Km/h para ser serios y competitivos.
Y sobre una vía que admita cargueros a 80 km/h podemos correr pasajeros y mixtos a 100/120 Km/h. Que no es ni mas ni menos que lo que teníamos en 1957. 55 años atrás, ¡y con tracción a vapor en muchos casos!

Continuará.

1 comentario:

Antonio (el Mayolero) dijo...

https://youtu.be/lvCbeM4FRhE

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