martes, 14 de diciembre de 2010

Los "fierros" de la Pampa Gringa. Parte VII (El '76)



Por el cro. Antonio


Al llegar el golpe del 76, Martínez de Hoz (su autor intelectual) traía las mismas ideas de la generación del ' 80, es decir, transformar la Argentina en un país agroexportador. Al igual que sus antepasados, tenía su propio Roca, que le armó un genocidio similar. 

Ya no era Calfucurá o Namuncurá el enemigo a derrotar, sino el movimiento obrero organizado, y una de las técnicas utilizadas fue destruir la industria promoviendo y facilitando la importación. Al destruir la Industria, las grandes fábricas (como las de tractores) se reciclaron en importadoras, reduciendo drásticamente sus planteles.
  

Estas industrias dependían de sus casas centrales y las decisiones se tomaban a miles de kilómetros de distancia, así que se cambiaron rápidamente al nuevo esquema y a otra cosa.
 
Las pequeñas industrias del interior, también la pasaron mal. Al principio parecía que todo estaba bien, pero al poco tiempo la circular 1050 de indexación de los créditos comenzó a asfixiarlos. Así la industria de la cosechadora prácticamente desapareció y lo poco que no desapareció quedó en estado vegetativo.
  

Esto tuvo consecuencias sociales por todos conocidas en los grandes centros urbanos, y muy dolorosas en los pequeños, donde los que dirigían la empresa no eran CEO de una multinacional, sino Don José, o Don Pedro, o Don Roque, caracterizados vecinos del pueblo de tercera o cuarta generación de argentinos, ligados estrechamente a su comunidad, a sus instituciones, sus clubes deportivos. Hombres que compartían el trabajo diario y el mameluco con sus trabajadores.

Pasada la Dictadura, las condiciones no cambiaron; aquella afirmación de Alfonsín de ir personalmente a levantar las persianas de las fábricas chocó rápidamente con el famoso "Mercado" que con sus golpes bajos minó rápidamente las buenas intenciones. También debe tenerse en cuenta que Alfonsín era demasiado Presidente para la mentalidad de la mayoría de sus partidarios, ya que muchos cuadros municipales y provinciales de la Dictadura se habían nutrido de sus propios partidarios de la UCR, ya totalmente colonizada.

Aún así la pequeña industria del interior siguió resistiendo. Reducida, aplastada por la falta de crédito, funcionando al mínimo, siguieron proveyendo repuestos, haciendo reparaciones, y adecuando implementos a las nuevas realidades. La soja había aparecido, y para quedarse. Las cosechadoras de importación venían de fábrica con plataformas sojeras, pero el parque de máquinas nacionales era abundante. Así fue que hubo que empezar a fabricar plataformas flexibles para las maquinas en uso, y adaptar las sembradoras de grano grueso para el nuevo cultivo. Las sojas eran genéricas (no transgénicas) y obligaban a combatir las malezas en forma mecánica, por lo que también hubo que fabricar escardilladoras de mas rendimiento. 

Al mismo tiempo, debe recordarse la estrecha ligazón de los autores intelectuales de la Dictadura con la industria siderúrgica proveedora a la que también fue asfixiando en precios, cupos, plazos de pago. Su interés era a dos puntas. Destruir la pequeña industria y al mismo tiempo depreciar la industria siderúrgica argentina para ir preparando las condiciones objetivas para su venta a precio vil. 

O sea que nuestros gringos quedaron entre la espada y la pared, pero en sus pueblos. Si bien sus patrimonios personales los ponían a cubierto de las necesidades que podían tener sus trabajadores, tampoco era tanto que les permitiera vivir un exilio dorado con sus fortunas en paraísos fiscales. Algunos de ellos cayeron en las tentaciones de la patria financiera, sobre lo que ya escribí acá hace justo un año. Con lo que terminaron peor de lo que habían empezado (En Tres Arroyos, fue la causa principal de la quiebra de la Fábrica SODE una de las industrias mas antiguas de la zona).


Algo bueno tenía que suceder dentro de este panorama. De la importación conocimos nuevas tecnologías aplicadas, que a la vuelta de los años, transformarían la industria cuando se pudo empezar de nuevo.

Seguiremos.
  
-- 
Antonio (el Mayolero)

1 comentario:

Unknown dijo...

lamentablemente Antonio algunos todavía creen que el plan de represión fue para responder a la vanguardia iluminatta...

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